Seis andinistas caminaron, durante 10 días, alrededor de 150 km por las altas cumbres del Valle de Uco, al límite con Chile.Edición Impresa: miércoles, 14 de abril de 2010
El grupo de aventureros de montaña, junto a los cerros del Valle de Uco. (Gentileza) Miguel Títiro - [email protected] Caminar por las altas cumbres de la Cordillera Central, atravesando valles, desfiladeros y vadeando ríos caudalosos, fue la experiencia vivida por seis amigos mendocinos, que llevan una vida juntos en la montaña. Siempre escalan, pero en esta oportunidad el sexteto compuesto por Daniel Alto (58), Carlos "Cacho" Santilli (58), José Dibarbera (58), Rodolfo Molesini (65); Johnnie García Salazar (52) y Jorge Giaquinta (55), realizó una travesía a pie de unos 150 kilómetros, en sectores de altas cumbres de Tunuyán y San Carlos. La idea fue de "Cacho" Santilli, experto andinista y por mucho tiempo hombre de Irrigación, quien había analizado la posibilidad del recorrido desde el helicóptero, en más de una campaña hídrica. La marcha se hizo a pie, con partida desde un sitio conocido como Real de las Yaretas (3.450 m), a 24 kilómetros de El Manzano Histórico (Tunuyán), camino al Portillo Argentino. Con un volumen de carga general de 180 kilos, que fue transportada en mulas, el conjunto contó con el servicio de tres arrieros del Valle de Uco, Ceferino Uvilla, Jorge Rojas y Juan González. Cuando caminaban, cada hombre llevaba en su espalda 10 kilos de pertrechos. En total utilizaron 10 días para hacer el itinerario, que se concretó en el verano. Incluso fueron sorprendidos por el terremoto de Chile en un desfiladero. "Nos orientamos a través de cartas antiguas del Instituto Geográfico Militar (IGM), pero fundamentalmente por imágenes satelitales y el sistema de posicionamiento global o GPS, tecnología que nos permitió siempre encontrar la vía adecuada, porque anduvimos por algunos lugares de escaso o casi nulo tránsito de personas", contó Alto. Las caminatas diarias tuvieron aproximadamente una duración de 9 a 10 horas, no más allá de las 17.30 ó 18. Las razones: armar las carpas y cocinar con luz diurna, además de tener más posibilidad de descanso. En la mayoría de los kilómetros recorridos, los aventureros debieron sortear zonas que no conocían. A poco de ponerse en movimiento, la expedición cruzó el río Tunuyán, muy cerca de sus nacientes, en medio de un paisaje inigualable y donde todo es soledad. El segundo campamento lo establecieron en el refugio militar Real de la Cruz, en el Alto Valle del Tunuyán, una sólida construcción que data de la década del '50, en tiempos de la presidencia de Juan Perón. Cruzar los cursos de agua fue siempre un riesgo, por el caudal que traen. Luego de sortear los arroyos Palomares y Marmolejo, la delegación comenzó a adentrarse en un terreno totalmente desconocido, inclusive para los baqueanos. El verde de las laderas enmarcado con los más variados amarillos y otras tonalidades de las montañas, sorprendían a los veteranos excursionistas. Acamparon arriba de las vegas del Marmolejo (3.400 m) . El punto más alto Un momento clave de la travesía se produjo al alcanzar el Paso del Contrabandista, en jurisdicción de San Carlos, límite con la República de Chile. Este fue el punto máximo en altura alcanzado por la comisión. Debieron superar un poco más de 1.200 m de desnivel, ya que ese hito está a 4.620 m. "Ni el cansancio ni lo incómodo del terreno lograron empañar el momento en que cruzamos el paso. El panorama era espectacular, teniendo casi al alcance de la mano el Cordón del Marmolejo, con sus glaciares colgantes y su cumbre de 6.100 m, unida por un amplio portezuelo al volcán San José (6.070 m)", evocaron Molesini y Dibarbera. Los siguientes días continuaron hilvanando quebradas en búsqueda del río Salinillas, primero, luego en tras el río Colorado, y topándose con los reales, que son los refugios naturales que se encuentran dispersos en la montaña. Para entonces se encontraban en plena alta cordillera. La belleza de la flora, las tropillas de guanacos y los curiosos cóndores planeando a gran altura, asombraron a los caminantes. Sobre los camélidos, los andinistas pudieron comprobar la matanza que se hace de esos animales en confines donde nadie pasa y no hay ningún control. Al décimo día de marcha, el grupo arribó a la Laguna del Diamante (San Carlos), donde fueron recibidos por los guardaparques del lugar, celosos custodios del patrimonio ambiental de los mendocinos. Travesía: El Manzano Histórico-Laguna del Diamante. Modalidad: travesía a pie. Distancia: aprox. 150 km. Duración: 10 días. Altura alcanzada: paso del Contrabandista (4.620 m). Comisión: seis participantes.
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Septiembre 2021
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